Es un tema que nos interesa a todas, puesto que si bien se ha priorizado y dado muchísima promoción a la diversidad sexual, respecto de las preferencias sexuales, es relativamente nueva la promoción que se le ha dado a la identidad de género, ya que en la página, existimos chicas de muchas nacionalidades y al parecer cada país da una definición, que encuentra muchas coincidencias con otras también datos que pudieran resultar un poco confusos o discrepantes, puesto que cada nación le ha dado su propio contexto conforme a las tendencias socio culturales que imperan en la región.


Pero como tal, las referencias a la identidad de género, se remonta a muchísimos siglos atrás, tomemos como ejemplo la Antigua Grecia, en dónde mediante su mitología dio explicación a la identidad de género discordante con el sexo biológico, siendo también a menudo el origen de debates filosóficos, mitos como la historia de Hermafrodito (del cual surge el término “hermafrodita"). Hermafrodito era hijo de Afrodita (Venus, Diosa del amor) y de Hermes (Marte, Dios de la sexualidad masculina, hijo de Zeus). Una de las ninfas que se encontraba enamorada de Hermafrodito, lo abrazó y lo arrastró hasta el fondo de un lago, rogándoles a los dioses que nunca separen sus cuerpos. La representación clásica de esta historia es la de un ser masculino con pechos femeninos. Sobre el hermafroditismo se hablaba demasiado en la antigüedad, ya que el mismo Aristóteles afirmaba que eran “gemelos incompletos”, debido a que la madre no aportaba la materia necesaria para crear dos embriones completos.
Dentro de este tipo de leyendas, también encontramos a la Diosa Castalia, la cual accedía a los deseos de las almas femeninas que vivían encerradas en cuerpos masculinos. También está el mito de Tiresias, que al separar a dos serpientes y herir a la hembra, es transformado en mujer por la Diosa Hera e incluso en este periodo de siete años que duró su transformación se casó y se embarazó, dando a luz a una hija a la que llamó Manto, sin embargo al volver a encontrar nuevamente a dos serpientes y herir al macho, volvió a ser hombre, aunque en otras versiones del mito, se convirtió en una prostituta de gran renombre y fama.

En la Roma antigua, existían las sacerdotisas Gallae. Se trataba de personas nacidas con cuerpo de varón que auto castraban sus genitales masculinos y decidían su propio género. Incluso un filósofo judío que vivió en los años 20 a.C hasta 50 d.C, describió ciudadanos romanos varones que invertían grandes sumas de dinero para poder cambiar su naturaleza masculina en femenina. El emperador romano Heliogábalo (218-222 d.C), afirmó sentirse mujer y llegó a pedirles a sus médicos que le practicasen una cirugía para cambiar su sexo.
El motivo por el cuál cité los mitos e historia antigua, se debe a una razón, en este caso, hablamos de personas que salvo Tiresias, tienen un conflicto entre el sexo gonadal y la autopercepción de su propia identidad. Incluyendo el mito de Tiresias, conforme fue modificado su cuerpo, inmediatamente se identificó con este y hasta tomó el rol que era asignado a su forma biológica.

Así tenemos los primeros vestigios o relatos de la identidad de género, lo que demuestra que esto no es nuevo, simplemente no se le daba el nombre o el concepto que tenemos actualmente. Sin embargo la ONU en su documento LIBRES E IGUALES presenta el siguiente concepto:
“La identidad de género refleja un sentido profundo y experimentado del propio género de la persona. Todo el mundo tiene una identidad de género que es integral a su identidad en sentido general. La identidad de género de una persona suele estar en consonancia con el sexo que se le asignó al nacer. Transgénero (a veces simplemente “trans”) es un término comodín que se utiliza para describir a una amplia gama de identidades, incluidas las personas transexuales, las personas que se visten con ropa de otro sexo (a veces denominadas “travestis”), las personas que se identifican como pertenecientes al tercer género y otras cuya apariencia y características se perciben como de género atípico y que no se sienten identificados con el sexo que se les asignó al nacer. Las mujeres trans se identifican como mujeres pese a haber sido clasificadas como varones al nacer. Los hombres trans se identifican como hombres pese a haber sido clasificados como hembras al nacer. Cisgénero es un término utilizado para describir a personas cuya percepción de su propio género coincide con el que se les asignó al nacer. La identidad de género no es lo mismo que la orientación sexual o las características sexuales”.
De esta definición podemos decir que resalta la diferencia que hace de la identidad de género con la orientación sexual. Pero esta definición es muy primigenia, incluso refiere que la palabra “trans” es un comodín para cualquiera que no esté dentro de los parámetros heteronormativos binarios básicos. Sin embargo la OEA (Organización de Estados Americanos) nos regala una definición no solamente asequible para TODAS, también la que parece ser la más correcta pese a su resumida redacción, también la más completa y sencilla.
“La identidad de género es la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente profundamente, la cual podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo (que podría involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios médicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que la misma sea libremente escogida) y otras expresiones de género, incluyendo la vestimenta, el modo de hablar y los modales”

Esta definición, nace de la Corte Interamericana de Derechos, simplemente el máximo tribunal en materia de Derechos Humanos en nuestro continente, a la cual todos los países miembros deben jurídicamente la obligatoriedad de acatar sus resoluciones y por ende el reconocimiento de derechos y obligaciones, legalmente hablando. Esta definición además encuentra su nacimiento en los Principios de Yogyakarta que afirman las normas legales internacionales vinculantes que todos los Estados deben cumplir. Prometen un futuro diferente en el que todas las personas, habiendo nacido libres e iguales en dignidad y derechos, puedan realizar esos valiosos derechos que les corresponden por su nacimiento, como el derecho a una identidad, siendo en este caso el ejercicio del libre derecho a expresar la identidad de género.
¿Pero qué es el género?
Pudiéramos confundirlo como ocurre a menudo como sexo, sin embargo el género, se deriva en una construcción social y cultural, como expliqué en otro artículo, corresponde a las actitudes, expresiones, actividades, vestimentas, etc. que en razón del sexo biológico, se permiten o no, haciendo una construcción especializada de tareas entre hombres y mujeres, como pueden ver, siempre se basa en un sistema binario, que conduce irremediablemente a la expresión de género, que nuevamente es la OEA a través de la Corte Interamericana de Derechos quien nos aporta una definición clara y concisa.

La expresión de género ha sido definida como “la manifestación externa de los rasgos culturales que permiten identificar a una persona como masculina o femenina conforme a los patrones considerados propios de cada género por una determinada sociedad en un momento histórico determinado” (Rodolfo y Abril Alcaraz, 2008). Por su parte, la Comisión Internacional de Juristas (CIJ) ha indicado en relación con la expresión de género: “la noción de aquello que constituyen las normas masculinas o femeninas correctas ha sido fuente de abusos contra los derechos humanos de las personas que no encajan o no se ajustan a estos modelos estereotípicos de lo masculino o lo femenino. Las posturas, la forma de vestir, los gestos, las pautas de lenguaje, el comportamiento y las interacciones sociales, la independencia económica de las mujeres y la ausencia de una pareja del sexo opuesto, son todos rasgos que pueden alterar las expectativas de género”.
No hay una única forma de ejercer la sexualidad y los afectos, existen otras formas de expresarlos. La identidad de género de una persona puede ser independiente del sexo con el que nació y de su orientación sexual.
Cuando se habla de diversidad sexual se hace referencia a las diferentes formas de expresar el afecto, erotismo, deseo, las prácticas amorosas y sexuales entre las personas; éstas no se limitan a las relaciones de pareja entre un hombre y una mujer, por lo que incluye la heterosexualidad, homosexualidad y bisexualidad. El término diversidad sexual cuestiona la idea de que hay una única forma de ejercer la sexualidad y los afectos, haciendo visible la existencia de otras formas de expresarlos. Incluye también la idea de que la identidad de género de una persona puede ser independiente del sexo con el que nació y su orientación sexual.
Si bien existe una diversidad de identidades de género, habitualmente se considera un espectro con dos extremos: la identidad atribuida a las mujeres y la relacionada con los hombres. Sin embargo, debemos recordar que la identidad de género:
• Es independiente de la orientación sexual e incluye las formas en las que una
persona se autodenomina y presenta frente a las demás.
• Incluye la libertad de modificar la apariencia o la función corporal a través de
roles sociales de género, técnicas médicas, quirúrgicas o de otra índole.
¿Qué diferencia hay entre identidad de género y expresión de género?
La expresión de género es “la manifestación externa de los rasgos culturales que permiten identificar a una persona como masculina o femenina conforme a los patrones considerados propios de cada género por una determinada sociedad en un momento histórico determinado”. Por un lado, la expresión de género se refiere a la forma en la que las personas interpretan el género de una persona en particular, sin importar como ella misma se identifique.
Por otro lado, la identidad de género alude a la manera en que una persona se asume a sí misma, independientemente de cómo la perciben los demás.
Comúnmente se considera que la expresión de género es un espectro en donde un lado está ocupado por lo femenino, tradicionalmente atribuido a las mujeres, y del otro lado se encuentra lo masculino, habitualmente relacionado con los hombres. Debemos recordar que la expresión de género es independiente del sexo biológico, la identidad de género y la orientación sexual.
¿Qué significa el acrónimo LGBTI?
LGBTI es un acrónimo que se usa como término colectivo para referirse a las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans (el término trans se refiere a travestis, transexuales y transgéneros) e Intersexuales.

Lesbiana: Mujer que se relaciona erótico-afectiva-amorosa-vitalmente con mujeres. Se utiliza como sinónimo de la identidad de las mujeres homosexuales. Es una construcción identitaria y resulta también una manera de autodenominación.
Gay: Expresión alternativa a homosexual, que se prefiere por su contenido político y uso popular. Se utiliza como sinónimo de la identidad de los hombres homosexuales, aunque algunas mujeres también lo utilizan. Es una construcción identitaria y resulta también una manera de autodenominación.
Bisexual: Atracción erótico-afectiva y manera de autodefinición que se dirige hacia hombres y mujeres por igual. Esto no implica que sea con la misma intensidad, al mismo tiempo o de manera indiscriminada.
Travesti: Una persona travesti es aquella que expresa su identidad de género -ya sea de manera permanente o transitoria- mediante la utilización de prendas de vestir y actitudes del género opuesto que social y culturalmente se asigna a su sexo biológico. Ello puede incluir la modificación o no de su cuerpo.
Transexual: Condición humana por la que una persona, habiendo nacido con un sexo biológico determinado, tiene una identidad de género (sexo psicológico) distinta a la que le “corresponde”. La condición de ser transexual no depende de si se realiza o no la reasignación sexo-genérica.
Tránsgenero: Condición humana por la que un persona tiene cualidades y comportamientos de género (el ser masculina o femenina) que no coinciden con su sexo de acuerdo con los patrones sociales y culturales, por lo que se identifica o adopta los del género opuesto. El uso del atuendo del género opuesto es la conducta más sostensible de la transgeneridad.
Intersexual: Se refiere a la presencia en la anatomía de una persona de órganos sexuales que corresponden a características de ambos sexos o estructuras que son difíciles de definir o resultan ambiguas desde la lógica que reconoce sólo dos sexos.

La identidad de género está relacionada con nuestra manera de percibir nuestro género. Pese a que habitualmente se identifiquen sólo dos identidades de género, hay que resaltar que existe una amplia diversidad de identidades, las cuales se pueden definir mediante el concepto de transgenerismo, el cual indica la disconformidad entre el sexo biológico de la persona y la identidad de género que le fue tradicionalmente asignada. Dentro de esta categoría se encuentra la transexualidad, en la que se incluyen a las personas que se sienten pertenecientes al género opuesto que se les ha asignado, social y culturalmente, de acuerdo a su sexo biológico y que en algunos casos deciden recurrir a una intervención médica para adecuar su físico a su identidad social.
Es IMPORTANTE resaltar la diferencia entre expresión de género e identidad de género.
La primera es la “manifestación externa de los rasgos culturales que permiten identificar a una persona como masculina o femenina conforme a los patrones considerados propios de cada género por una determinada sociedad en un momento histórico determinado”. La expresión de género hace referencia a la manera en la que las personas interpretan el género de alguien en concreto, sin que importe como se identifique esa persona.
Habitualmente se ha considerado la expresión de género como un concepto formado por dos partes: por un lado, se encuentra lo femenino, atribuido a las mujeres, y por el otro se encontraría lo masculino, relacionado con los hombres. Cabe destacar que la expresión de género es independiente del sexo biológico, la identidad de género y la orientación sexual.
La segunda, la identidad de género, alude a como una persona se asume a sí misma, sin importar cómo la perciben los demás.

La ACLARACIÓN de estos conceptos disminuye la confusión que tan frecuentemente observamos en la sociedad, la cual en muchas ocasiones no entiende como una persona que ha nacido como hombre se sienta mujer, y/o se sienta atraída por el sexo opuesto.
En este punto es importante definir el concepto de sexo biológico, el cual se puede explicar de tres maneras:
• Hembra: Persona que nació con cromosomas XX y con aparato reproductor
femenino, es decir, ovarios y genitales femeninos.
• Macho: Persona que nació con cromosomas XY y tiene aparato reproductor
masculino.
• Intersexualidad: Concepto conocido como hermafrodismo. Es una combinación
de ambos sexos, considerada una condición natural dónde la persona presenta
discrepancia entre su sexo cromosómico (XX/XY), sus genitales y gónadas
(ovarios/ testículos), presentando características de ambos sexos.
En conclusión la identidad de género es la autopercepción interna de cada una, como nos percibimos y como es que queremos expresarnos, lo que tiene como expliqué en un artículo anterior un origen biológico, no puede ser aprendida y tampoco forzada, es simplemente la expresión de nuestra personalidad, de quienes somos realmente conforme a la identificación que tenemos respecto de la construcción social del género.
En este sentido y aunque aún falta mucho camino por recorrer, países latinoamericanos como Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, México y Venezuela, cuentan con leyes de identidad de género, que permiten hacer el cambio legal de nombre para que sea acorde a la expresión de género e incluso Argentina concibió derechos de protección a menores trans, así como Bolivia que hizo casi una calca de esta ley.

En otros países continúa aún el debate, pues se sigue ponderando el sexo gonadal a la identidad de género, pues para realizar este cambio legal, es necesario contar ya con una cirugía de reasignación sexual, lo que contraviene directamente lo dicho por la OEA en materia de derechos humanos.
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